CELEBRAR LA NAVIDAD
Un misterio insondable para cualquier creyente es que Dios descienda personalmente al mundo. Que Dios, el invisible, se haya acordado de nosotros («¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?») y se haga presente en Jesucristo nos revela la dignidad de nuestra condición humana. Ese misterio se ha manifestado como amor infinito que nos acompañará siempre. La encarnación es el momento en que la eternidad visita la tierra. En la raíz de nuestra vida adormecida habrá siempre una luz encendida. Que Dios se haya hecho carne y haya habitado entre nosotros en la persona de Jesucristo da un sentido nuevo a nuestra historia. Toda carne se refleja en esa carne, carne de Dios en carne nuestra. Solo por ello todos los días del año deberían ser de celebración y, más aún, los del tiempo de Navidad. Hay personas, sin embargo, que antes de que empiecen estas fiestas ya quieren que sea el 7 de enero. Según una encuesta realizada por la Fundación de las Cajas de Ahorro, uno de cada cuatro españoles d...