LEVANTAR LA MIRADA
Estamos en la semana de Pasión, dando vueltas a la cruz de Cristo y a lo que significa su entrega por nosotros. La semana llegará a su culmen el Domingo de Ramos. Hoy se nos hace que pongamos los ojos en el misterio de la cruz de Cristo. Un misterio ya anunciado en el Antiguo testamento por muchos signos, entre ellos la serpiente elevada en el desierto que aparece en el libro de los Números. Los que la miraban se veían sanados de la mordedura de las serpientes.
En nuestro contexto, esa mordedura representa el pecado, el apartarnos de Dios. Podemos librarnos de ese pecado si miramos al que, como nos recuerda el Papa, se hizo pecado por nosotros. Él se pone en lo alto para librarnos del pecado. No es que cometiese pecado, sino que nos libra de él sufriendo todas sus consecuencias. Este es el gran misterio de la salvación de Cristo. Cuando le miramos a Él y a la cruz nos vemos salvados por su muerte y resurrección y ese es el misterio que vamos a celebrar los próximos días.
En el contexto que estamos viviendo, si miramos con fe los acontecimientos podemos ver la presencia de la cruz de Cristo, que no se acaba en el dolor y la muerte, sino que continúa y abre el camino a la vida y la resurrección. Esto es lo que se nos anuncia y es lo que estamos invitados a vivir cada día, incluso en medio de nuestras dificultades. Estas pueden ser grandes, como encontrarnos enfermos nosotros o nuestro entorno, o cuando son económicas, un problema que cada día se palpa más en nuestro barrio.
Si nos encontramos con miedos, miremos todo esto a la luz del misterio de Cristo y dejemos que la salvación que nos viene de Él sea la que nos ilumine y nos salve, porque de todo esto saldrán cosas buenas. Ya están saliendo, aunque nos puede faltar perspectiva para verlo. Es verdad que es necesario morir para poder resucitar. Es necesario participar en este misterio de la cruz de Cristo para después participar en el misterio de su resurrección.
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